Es una técnica invasiva desarrollada inicialmente para el tratamiento de tendinopatías crónicas, aunque en la actualidad también se aplica en otros campos como en el tratamiento de la fibrosis cicatricial y puntos miofasciales. Consiste en la aplicación de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura directamente en el foco de la lesión (fibrosis, tendinosis, punto gatillo miofascial), provocando una respuesta inflamatoria para favorecer la regeneración del tejido degenerado
Se trata de una técnica novedosa y eficaz en el tratamiento de tejidos blandos. La electrolisis persigue que el tejido degenerado sea destruido sin que las células sanas, no afectas por la patología, se vean afectadas. Esto se consigue gracias a que el factor de resistencia al paso de la corriente eléctrica es mucho mayor en el caso del tejido patológico. La activación de la fagocitosis celular, junto con un aumento en el nivel de pH celular, son los principales mecanismos responsables del efecto terapéutico de la técnica.
La corriente galvánica es capaz de provocar una separación de elementos químicos en el plasma y posterior formación de nuevas sustancias. Entre éstas, destaca el hidróxido de sodio (NaOH), el gas hidrógeno y el ión cloro. La primera de ellas, el hidróxido de sodio, llamada lejía orgánica por ser un elemento de propiedades caústicas, es un mediador fundamental en la destrucción del tejido y en la provocación del proceso inflamatorio celular. El efecto biológico de la técnica es el de provocar una respuesta inflamatoria necesaria para reactivar el mecanismo de reparación del tejido, propio de una fase aguda de lesión.