Mediante aplicación percutánea o transcutánea de determinados estímulos, como los provocados mediante aparatos de electroterapia específicos, se estimulan las vías nerviosas periféricas.
Los efectos principales son, entre otros, la neuromodulación del dolor, la mejora en el control vesical y ano-rectal, así como la estimulación nerviosa y de los reflejos víscero-cutáneos. Un ejemplo de este tipo de neuromodulación periférica es el provocado sobre el nervio tibial posterior.
En los últimos años la estimulación de este nervio, a la altura de la parte interna del tobillo, ha sido estudiada y utilizada con muy buenos resultados en diferentes patologías como la vejiga hiperactiva, encopresis, dolor pélvico crónico, hipotonía vesial, incontinencia urinaria y fecal, etc.