Conocida como Extracorporeal Shock Wave Therapy (ESWT), se define como la terapia por medio de ondas de presión acústica caracterizadas por un aumento muy elevado de la presión en un espacio de tiempo muy corto. Alcanzan un pico de presión que puede llegar hasta los 100 MPa (1 megapascal equivale a 10 veces la presión atmosférica) en un período de tiempo menor de 10 ns.
Las Ondas de Choque (OC), como tratamiento en medicina, fueron introducidas en 1980 dentro del campo de la urología, para la litiasis renal (litotricia) como alternativa a la cirugía, por ser un método no invasivo y reducir complicaciones secundarias. Los óptimos resultados obtenidos en la desintegración de cálculos renales hizo pensar que quizás este mismo efecto podía ser trasladado a la disolución de calcificaciones en procesos degenerativos tendinosos.
Las primeras experiencias fueron sorprendentemente satisfactorias ya que no sólo se producía la desintegración de la calcificación sino que los tejidos vivos irradiados experimentaban un efecto analgésico y un progreso metabólico, debido especialmente a un importante estímulo de la microcirculación, que incluso se trasladaba a una mejoría en la función articular.
Sin embargo, cuando se emplean como tratamiento en las patologías musculo-esqueléticas la finalidad exclusiva no siempre es destruir las calcificaciones tendinosas sino también producir analgesia y una regeneración de tejidos, especialmente tendinoso y óseo, mediante la estimulación y producción de factores angiogénicos y neovascularización.
Existen dos tipos fundamentales de OC, denominadas como radiales y focales, caracterizadas por una baja energía, las primeras, y por una alta energía y profundidad, las de tipo focal.