La terapia ultrasónica consiste en la aplicación de vibraciones mecánicas con una frecuencia superior a 20 KHz. El ultrasonido es un agente físico ampliamente utilizado en el ámbito sanitario como herramienta diagnóstica y terapéutica. Es un método barato, seguro y de naturaleza no invasiva. Por ello, se emplea de forma habitual en el ámbito de la Fisioterapia y la Rehabilitación para el tratamiento de diversos trastornos.
En general, el equipo de ultrasonido consta de un generador y un transductor. El generador produce energía electromagnética con una frecuencia de entre 0,5 y 3,5 MHz que es convertida por el transductor en energía mecánica, con una frecuencia similar y una intensidad de hasta 3 W/cm2. El transductor es colocado perpendicular al área tratada durante la aplicación de ultrasonido y se realizan diferentes técnicas de movimiento.
El ultrasonido terapéutico puede clasificarse, según la forma de emisión, en continuo (térmico) o pulsado (no térmico). Éste penetra en el tejido en una dirección concreta transmitiendo calor al interior del mismo. Se cree que puede aumentar el metabolismo local y la circulación sanguínea mejorando la flexibilidad del tejido conjuntivo, acelerando la regeneración del tejido y reduciendo potencialmente el dolor y la rigidez mientras aumenta la movilidad.
Por tanto, el ultrasonido puede liberar energía térmica tanto en articulaciones y ligamentos, como en músculos y tendones, y tiene la capacidad de incrementar el riego sanguíneo en los tejidos dañados. Además, puede activar el metabolismo produciendo un incremento de nutrientes y un aumento de la velocidad de liberación de O2 a tejidos periféricos mediante la expansión de las paredes arteriales y del músculo liso por estimulación mecánica.
A pesar de que históricamente la ultrasonoterapia ha sido aplicada por sus efectos y propiedades térmicas, actualmente son más empleados de forma atérmica, por sus efectos mecánicos, especialmente en la reconstrucción de tejidos blandos, la reparación de heridas y fracturas, así como para disminuir el dolor, el edema y mejorar la movilidad articular en una amplia gama de desórdenes musculo-esqueléticos.