La magnetoterapia, o Terapia por Campos Magnéticos Pulsantes, se puede definir como un procedimiento de Fisioterapia consistente en aplicar campos magnéticos artificiales sobre una zona o todo el cuerpo humano aquejado de una disfunción o trauma, controlando la dirección, la frecuencia y la intensidad de dichos campos. Por lo tanto, entendemos por magnetoterapia, la utilización de campos magnéticos con fines terapéuticos.
La definición más simple de campo magnético es la que describe éste como aquella región del espacio en la que se manifiestan los fenómenos magnéticos. Los campos magnéticos son invisibles y en muchas ocasiones imperceptibles por parte del paciente. Estas características confieren a esta modalidad terapéutica unas peculiaridades específicas a la hora de su administración y adherencia al tratamiento. Los campos magnéticos más utilizados en Fisioterapia son de tipo pulsante.
En definitiva, la magnetoterapia consiste en reproducir sobre una zona afectada, o todo el organismo, el campo magnético terrestre al que todos estamos sometidos, lo cual explica el porqué de la inocuidad de esta aplicación terapéutica. No obstante, mientras el campo magnético terrestre es de 0,4-0,5 Gauss y constante, los campos magnéticos artificiales podemos elevarlos hasta niveles superiores (180 Gauss de potencia de pico) y controlar con toda exactitud su frecuencia, la emisión del campo magnético, la forma del impulso y el tiempo de aplicación. Generalmente, en magnetoterapia se utilizan campos magnéticos pulsátiles con una frecuencia comprendida entre 1 y 100 Hz y con intensidades comprendidas entre 5 y 100 gauss.
El mecanismo de acción de los campos magnéticos actúa sobre todo el organismo, llegando a una profundidad absoluta. Es decir, sí colocamos el organismo del sujeto en la zona de acción de dichos campos magnéticos las líneas magnéticas atraviesan totalmente y actúan en los tejidos superficiales, los órganos internos y el tejido óseo.
Los campos magnéticos actúan sobre los diferentes absorbentes orgánicos de modos diversos produciendo un conjunto muy variado de acciones terapéuticas y efectos a nivel bioquímico, celular, tisular y sistémico. Los principales efectos terapéuticos son el analgésico, el de relajación general y el estimulativo celular.